Sentirse pleno es experimentar una sensación de totalidad, satisfacción y realización en la vida. Se caracteriza por una percepción de estar en armonía consigo mismo y con el mundo que nos rodea, independientemente de las circunstancias externas. La sensación de plenitud puede surgir de la conexión con uno mismo, el cumplimiento de metas personales y la experiencia de significado y propósito en la vida.